En la era digital en la que vivimos, los hackers son una presencia constante que acecha en las sombras de la red. Pero ¿qué sabemos realmente sobre ellos? ¿Quiénes son estos enigmáticos individuos que desafían los límites de la ciberseguridad?
En este post, exploraremos el fascinante universo de los hackers, sus intrincados métodos y las diversas formas en que operan en el ciberespacio. Aprenderemos sobre sus modus operandi y las tácticas que utilizan para infiltrarse en sistemas, así como los peligros y riesgos asociados a sus actividades.
Pero no todo está perdido, ya que también exploraremos cómo protegerse de los hackers y mantener seguros nuestros datos y nuestra privacidad en un mundo digital cada vez más complejo y desafiante. ¡Así que prepárate para adentrarte en el intrigante mundo de los hackers y descubrir cómo mantener tus defensas en alto!
Hackers: ¿Cuántos tipos existen y qué métodos utilizan?
Como concepto general, la palabra “hacker” viene del inglés “hack” que significa “dar un hachazo”. Era un concepto tradicional relacionado con la forma en la que los técnicos arreglaban los aparatos defectuosos. Con el paso del tiempo, dicho término ha evolucionado hasta adquirir una connotación negativa.
Un hacker es una persona experta en alguna rama de la tecnología, normalmente informática, que se dedica a realizar alteraciones técnicas a determinados dispositivos.
Ahora bien, ¿con buenas o malas intenciones? Depende del tipo de hacker. A continuación, te detallamos los tres tipos principales que existen.
White Hat: Son los hackers de sombrero blanco, los buenos. También se les conoce como los “hackers éticos”. Hablamos de expertos en seguridad informática especializados en pruebas de penetración y distintas metodologías para asegurar sistemas informáticos en las empresas. Combaten a los hackers con malas intenciones.
Black Hat: Son los hackers de sombrero negro, los peligrosos. Usan técnicas sofisticadas para acceder a sistemas, apoderarse de ellos, obtener datos concretos, infectarlos, destruirlos, venderlos, etc. Dentro de este tipo de hackers podemos encontrar algunos subtipos como los “crackers” quienes vulneran claves de seguridad para acceder a zonas restringidas y dañar sistemas o infectar redes, o los “ciberterroristas” quienes intentar causar miedo y caos en infraestructuras muy importantes.
Grey Hat: Son los hackers de sombrero gris, se mueven en el limbo entre el blanco y el negro. Actúan en numerosas ocasiones de manera ilegal, pero no suelen buscar el beneficio personal. Un ejemplo sería aquellos que para demostrar los actos ilícitos que realizan algunas empresas las piratean y sacan a la luz sus datos.
Ahora que conocemos a los principales tipos de hackers, es hora de mencionar los métodos a los que más recurren para realizar los “hackeos”
Phishing: Según Google es la técnica más utilizada por los estafadores.
El término viene del inglés “pescar” y se refiere al robo de identidad por parte de los hackers para obtener datos personales de los usuarios (tanto nombres de usuario y contraseñas como datos bancarios y acceso a otro tipo de servicios).
Consiste en acceder a la información a través de mensajes falsos utilizados como “cebo” para sus víctimas, haciéndose pasar por otras personas o entidades importantes a través de mails, mensajes o llamadas.
Keyloggers: Programas espía que registran todo lo que tecleas o lo que ve en su pantalla el usuario.
Son un tipo de programas que permiten a los hackers registrar cada tecleo que realizas en el ordenador, recopilar los datos y enviarlos a un servidor externo. También sirve con lo que visualizas en la pantalla.
Es un tipo de estafa digital muy recurrente en lugares con conexión pública (bibliotecas, cibercafés, centros comerciales, etc.).
Brechas de seguridad: Recurren a errores o vulneraciones del código para robar datos a empresas.
Con esta técnica los hackers pueden robar fácilmente bases de datos de una empresa. Se aprovechan de errores informáticos en la seguridad, programas que no están actualizados, o sistemas sin defensa.
Consejos para protegerte de ellos
Utilizar el sentido común
En numerosas ocasiones es una gran defensa. No debemos caer en engaños de suplantación de identidad o robos de datos. Los estafadores se hacen pasar por bancos, proveedores de correos electrónicos, técnicos de webs que visitas, etc. No visites webs que no sean de confianza. Nunca pongas tus datos personales o bancarios en un enlace de un correo que no te redirija a una web de confianza.
Usar contraseñas distintas
Tener una llave maestra para todas las puertas a las que puedes acceder durante tu día a día puede ser práctico, pero entiendes el riesgo que supone ¿verdad? No permitas que una única contraseña de vía libre de acceso a todas tus comunicaciones. Utiliza contraseñas distintas y actualízalas cada poco tiempo (seis meses suele ser lo recomendable).
Evitar dejar información relevante guardada
En muchas webs la contraseña queda guardada para poder acceder con más rapidez, así como nuestros datos bancarios para realizar compras con más comodidad. Sin son webs que visitas diariamente es recomendable, pero si es de manera puntual o llevas mucho tiempo sin acceder a ellas es mejor limpiar esos registros. ¡Mejor invertir unos segundos a la hora de volver a acceder que llevarte un disgusto el día menos esperado!
Mantener tus programas actualizados
Descarga las últimas versiones de todos tus programas, especialmente de navegadores, antivirus o del sistema operativo. Las últimas versiones suelen incorporar nuevos parches de seguridad.
Realizar copias de seguridad
Es recomendable cada cierto tiempo realizar copias de seguridad de sus dispositivos, tanto en nubes virtuales como en dispositivos de almacenamiento externos. De esta forma no perderemos datos importantes y los mantendremos seguros, pudiendo borrarlos de nuestro ordenador de ser necesario.
Establecer una VPN para protegerte de los hackers
Las redes wifi-públicas no requieren autentificación para conectarte por tanto son sitios inseguros. Utilizar una red privada virtual (VPN) te ayuda a crear una pasarela segura para conectarte a internet.
Invertir tiempo y dinero en adquirir un buen antivirus.
Los antivirus son programas de defensa principalmente destinados a detectar y eliminar virus informáticos. Hay multitud de ellos, y aunque en un primer momento se puede salir del paso con uno gratuito, lo recomendable es adquirir uno de pago y mantenerlo siempre actualizado.
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